ADOLESCENTES SIGLO XXI
En la madrugada del 16 septiembre de 1976, entre las 12:30 y las 5 hs. fueron secuestrados los estudiantes secundarios y militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios): Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner. Hoy continúan desaparecidos.
Los chicos desaparecidos por militares argentinos en La Noche de los Lápices eran estudiantes secundarios que hacían ejercicio de su ciudadanía, que luchaban para facilitar el acceso a las escuelas de cada uno de sus compañeros de aula.
Hoy, 30 años después, los adolescentes argentinos no saben quienes son esos chicos. Saben cuales son los últimos juegos, el último modelo de celular, que ropa se usar para no ser desterrado de la sociedad adolescente…
Otros, los que vagabundean por las villas de las ciudades argentinas, tienen hijos a los 13 años, toman la peor droga, reservada para los marginales, que roban para comer, que roben para drograse…; tampoco saben quienes son los chicos de “La noche de los lápices”.
Ninguno entiende el valor de los lápices, el valor de la palabra escrita, la vida adentro de los libros, el valor de la historia, de la memoria, de la imaginación, de los sueños.
Son muy fáciles de criticar los adolescente argentinos, es fácil, criticar.
¿Pero que hicimos nosotros de ellos?
Nosotros, los que no somos adolescentes, los entregamos a la sociedad de consumo, esa que se construye sin memoria, sin futuro, sin esperanza, sin honestidad. Los protegimos de los sentimientos dolorosos y los hicimos incapaces de sentir el dolor del otro, la fe del otro y los hicimos seres que no proyectan la vida más allá de sus narices o simplemente no la proyectan. Les enseñamos que las ideas son las que dan plata, los valores son los que cotizan en bolsa y la historia es lo que nos cuenta la tv…
Nosotros, los no adolescente, somos los incapaces, los fríos, los desmemoriados, los que no leemos, los que no tenemos esperanza ni amor por la gente y mucho menos somos capaces de inculcarlas.
“Desde afuera” siempre es fácil, lo difícil es construir desde adentro.
Es difícil mostrar que 30 años después los lápices siguen escribiendo y la palabra y las ideas tienen valor, que no es el valor de mercado.
Los chicos desaparecidos por militares argentinos en La Noche de los Lápices eran estudiantes secundarios que hacían ejercicio de su ciudadanía, que luchaban para facilitar el acceso a las escuelas de cada uno de sus compañeros de aula.
Hoy, 30 años después, los adolescentes argentinos no saben quienes son esos chicos. Saben cuales son los últimos juegos, el último modelo de celular, que ropa se usar para no ser desterrado de la sociedad adolescente…
Otros, los que vagabundean por las villas de las ciudades argentinas, tienen hijos a los 13 años, toman la peor droga, reservada para los marginales, que roban para comer, que roben para drograse…; tampoco saben quienes son los chicos de “La noche de los lápices”.
Ninguno entiende el valor de los lápices, el valor de la palabra escrita, la vida adentro de los libros, el valor de la historia, de la memoria, de la imaginación, de los sueños.
Son muy fáciles de criticar los adolescente argentinos, es fácil, criticar.
¿Pero que hicimos nosotros de ellos?
Nosotros, los que no somos adolescentes, los entregamos a la sociedad de consumo, esa que se construye sin memoria, sin futuro, sin esperanza, sin honestidad. Los protegimos de los sentimientos dolorosos y los hicimos incapaces de sentir el dolor del otro, la fe del otro y los hicimos seres que no proyectan la vida más allá de sus narices o simplemente no la proyectan. Les enseñamos que las ideas son las que dan plata, los valores son los que cotizan en bolsa y la historia es lo que nos cuenta la tv…
Nosotros, los no adolescente, somos los incapaces, los fríos, los desmemoriados, los que no leemos, los que no tenemos esperanza ni amor por la gente y mucho menos somos capaces de inculcarlas.
“Desde afuera” siempre es fácil, lo difícil es construir desde adentro.
Es difícil mostrar que 30 años después los lápices siguen escribiendo y la palabra y las ideas tienen valor, que no es el valor de mercado.
publicadas por Mariana @ 11:18 p. m.
7 Comentarios:
es una reflexión muy conmovedora y lamentablemente real. Me gustaría que pudieran leerla más personas que las que entran en este blog. Es notable que la profundida de tus conceptos. Coincido plenamente.
Emocionante y triste reflexión..También motiva a creer que hay gente como vos y como yo que tiene algo de memoria..Saludos
La memoria se construye entre todos, no podemos pedir nada a los adolescentes si nosotros mismos no tenemos memoria,ni creemos en los valores
Emocionante y muy cierto. Te felicito por tus reflexiones.
Todos los adolescentes saben que pasó el 11 de Septiembre pero nadie en esta sociedad de mierda sabe que pasó el 16.
Gracias por tanta luz
Emocionante y muy cierto. Te felicito por tus reflexiones.
Todos los adolescentes saben que pasó el 11 de Septiembre pero nadie en esta sociedad de mierda sabe que pasó el 16.
Gracias por tanta luz
Emocionante y muy cierto. Te felicito por tus reflexiones.
Todos los adolescentes saben que pasó el 11 de Septiembre pero nadie en esta sociedad de mierda sabe que pasó el 16.
Gracias por tanta luz
hoy los deteste, volvian como automatas, en caravana , de algun parque, uniformados, desangelados, con los mismos tics de desinteres que detestaba en mis amigos. ahora despues de leer entiendo lo que pense: si el padre tiene como lectura mas elevada el ole, porque tengo que pedirle que lea un libro?......
feliz dis de la del no estudiante...
benito
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