Esa bendita manía de contar

Quince minutos…
Quince horas…
Hay momentos, cuestión de segundos, en que la vida cambia para siempre, y cuando te das cuenta sos otro.
Algo pasa, te da pánico, querés ocultar tu sufrimiento, crees que sólo es cuestión de sobrevivir, te paralizas.
Cuando uno se paraliza pierde la noción del tiempo.
El tiempo afuera no pasa.
Incluso el más fuerte juega sucio…y el tiempo no pasa, no transcurre.
Y vivimos la vida atascados en ese momento.
Un día uno comienza a hacerse preguntas…
¿Cómo ocurrió?
¿Cómo terminamos aquí?
¿Cómo estamos solos?
Entonces pasa algo…
El tiempo empieza a moverse y uno tiene que moverse, en una dirección u otra.
El tiempo vuela…
El tiempo no espera a nadie…
El tiempo cura las heridas…
Todos queremos tiempo…
Tiempo de levantarse…
Tiempo de madurar…
Tiempo de dejarlo ir…
Tiempo…