DOLOR
El dolor se presenta de muchas formas
Un dolor en el cuerpo, un dolor punzante, una herida cotidiana, una herida inesperada.
Pero hay dolores que no podemos evitar.
Qué hacemos con el dolor depende de nosotros.
Algunos reaccionamos con ira, otros, los anestesiamos, los reprimimos y para algunos la mejor manera de olvidar el dolor es seguir adelante como si nada pasara.
El arte y el sexo producen endorfinas que alivian los dolores del cuerpo, pero no siempre los del alma.
Podemos esperar que la herida que causó el dolor sane…
No tiene solución.
No tiene respuestas sencillas.
Respiras profundo y esperas que pase.
Casi siempre el dolor se soporta.
Pero a veces te golpeas donde menos lo esperas, debajo de la cintura, en el corazón y duele cada vez más.
Dolor. Tienes que luchar con él, porque no puedes escaparte y la vida siempre produce más.
Meredith Grey – “Grey´s Anatomy”
Amor se llama el juego...
Hace demasiados meses
que mis payasadas no provocan tus
ganas de reír
no es que ya no me intereses
pero el tiempo de los besos y el sudor
es la hora de dormir
Duele verte removiendo
la cajita de cenizas que el placer
tras de si dejó
mal y tarde estoy cumpliendo
la palabra que te di cuando juré
escribirte una canción
Un Dios triste y aburrido nos castigó
por trepar juntos al árbol
y atracarnos con la flor de la pasión
por probar aquel sabor.
El agua apaga el fuego
y al ardor los años
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
Y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.
Ni inocentes ni culpables
corazones que destroza el temporal
carnes de cañón
no soy yo ni tú ni nadie
son los dedos miserables que le dan
cuerda a mi reloj
Y no hay lágrimas que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empecé a desnudar.
El agua apaga el fuego
y al ardor los años
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
Y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.
Joaquín Sabina
EXTRAÑO
Si tú me extrañas a mí, yo no me olvido de tí.
¿Por qué, mi amor, separarnos?
Si tú me lloras a mí, hago lo mismo por tí...
¿Como enjuagarlo?
Y no es verdad que aquí nadie apuesta un duro más.
Maldita apuesta feroz, y de por medio el amor...
Cuando faltas te extraño.
No es una canción de amor, eso al menos pienso yo;
es algo más sano.
Con la opinión de Dios, quizás uno de los dos
lo vea más claro.
¿Quién rezará, quién ganará este estúpido duelo?
Maldita apuesta de amor, que uno de los dos perdió.
Cuando faltas me muero...
Julián Infante
Salvador y Federico
Muere ametrallado en Granada el poeta de la mala muerte, Federico García Lorca. ¡Olé! Esto es lo que exclamé en París, en mi apartamento del número 8 de la rue de I'Université, al enterarme de la muerte de Lorca, el mejor amigo de mi adolescencia.
Esta exclamación que se produce biológicamente para rematar un pase en la corrida, o en el jaleo del cante jondo, y que grité en la ocasión de la muerte de Lorca, encarna todo el inocultable españolismo del éxito trágico de su destino.
A lo menos cinco veces al día Lorca hacía alusión a su muerte. En la noche no podía irse a dormir sin que varios de sus compañeros fuésemos a acostarlo. Una vez en la cama, eternizaba las más trascendentales conversaciones poéticas que ha habido en nuestro siglo. Casi siempre volvía al tema de la muerte y sobre todo al de su propia muerte.
Lorca imita y canta todo lo que dice, primero y ante todo, canta su muerte y la imita. La remeda y la escenifica. "Así, decía, estaré en el momento de mi muerte!" Después, se estremecía su cuerpo al descender el cortejo fúnebre por una agreste colina de Granada; y cinco días después de su muerte, se arregla para que su rostro, que no era hermoso, se aureolara de una belleza desconocida, de una hermosura excesiva. Luego, seguro del efecto inesperado que había producido en nosotros, se sonrío con una sonrisa radiante, sonrisa que brotaba de la absoluta posesión lírica de sus espectadores.
Lorca había escrito:
"El río Guadalquivir tiene las barbas granates.
Granada tiene dos ríos, uno llanto, el otro sangre".
La última vez que ví a Lorca fue en Barcelona, dos meses antes de la guerra civil. Gala, que no lo conocía, se quedó atónita ante ese fenómeno glutinoso y de un lirismo total. Este sentimiento, además, fue recíproco; durante tres días, Lorca no me habló sino de Gala.
En Granada, su padre estaba enfermo del corazón y temía morir. Por fin Lorca prometió reunirse con nosotros tan pronto como hubiera ido a ver a su padre para tranquilizarse. Estalló la guerra civil. El murió fusilado y el padre vive aún.
Los rojos, los semi-rojos y los rosados, y aún los lila-pálidos, aprovecharon propagandística, demagógica y vergonzosamente la muerte de Lorca en un chantage indigno. Trataron y hasta la fecha siguen tratando de darle a su muerte el significado de un héroe político.
Yo que soy su mejor amigo, declaro ante Dios y la historia que Lorca, poeta cien por ciento, era consustancialmente el ser más APOLITICO que jamás he conocido. Fue sencillamente una víctima propiciatoria de problemas personales, personalísimos, ultralocales y, ante todo, presa inocente de la confusión omnipotente, convulsiva y cósmica de la guerra civil española.
Una cosa es cierta. Cada vez que en el fondo de mi soledad logro hacer brillar una idea genial, sacándola desde lo más recóndito de mi cerebro a la superficie del aire de Cadaqués, o cuando logro dar una pincelada milagrosa, siempre escucho la voz ronca y dulcemente afónica de Lorca que me grita: ¡¡Olé!!
Dalí escribe sobre Lorca (1988)
Seamos inmortales...
"El hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos"
Pitagoras
CRIMEN
La espera me agotó
no se nada de vos
dejaste tanto en mí
En llamas me acosté
y en un lento degradé
supe que te perdí
¿Qué otra cosa puedo hacer?
si no olvido, moriré
y otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver
Una rápida traición
y salimos del amor
tal vez me lo busqué.
Mi ego va a estallar
ahí donde no estás
oh… los celos otra vez
¿Qué otra cosa puedo hacer?
si no olvido moriré
y otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver.
No lo sé
cuanto falta no lo sé
si es muy tarde no lo sé
si no olvido, moriré
que otra cosa puedo hacer?
que otra cosa puedo hacer?
Ahora sé lo que es perder
Otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver
Gustavo Cerati
FRONTERAS INÚTILES
Un lugar
No digo un espacio
Hablo de qué.
Hablo de lo que no es
Hablo de lo que conozco
No el tiempo
Sólo todos los instantes
No el amor
No
Sí
No
Un lugar de ausencia
Un hilo de miserable unión.
Alejandra Pizarnik